Las variaciones en las condiciones climáticas pueden influir significativamente en las alergias en niños. Es común escuchar hablar de “alergia al cambio de clima” o “alergia al frío” en niños.
Sin embargo, desde una perspectiva médica, estas no se consideran afecciones específicas.
Más bien, son términos comunes que describen cómo ciertos componentes asociados con el clima frío o húmedo, junto con factores medioambientales, facilitan la proliferación de agentes como polen, moho, ácaros y microorganismos.
Estos pueden desencadenar manifestaciones alérgicas en los niños.
Es importante recordar que gran parte de las alergias tienen un origen genético; pero los factores ambientales tienen gran influencia en el desarrollo de estas enfermedades.
El cambio climático y su impacto en las alergias infantiles
El cambio climático tiene un impacto directo en las alergias que afectan a los niños. La Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) destaca una correlación entre el calentamiento global y el aumento en la prevalencia y gravedad de las alergias respiratorias en la población infantil.
Aumento de casos de alergia al polen
El aumento de los casos de alergia al polen en niños se atribuye al cambio climático. La mayor concentración de polen en el aire incrementa la incidencia de rinitis alérgica y asma infantil.
Impacto de las altas temperaturas
Las altas temperaturas pueden adelantar la floración, lo que significa que los pólenes se expanden antes de lo habitual, afectando a los niños alérgicos.
El fenómeno de El Niño, con sus altas temperaturas, también se relaciona con un aumento de las alergias. El calor puede llevar al crecimiento de ciertas plantas, pastos y hongos que liberan más polen y esporas al aire.
También el calor intenso puede empeorar la sudoración y desencadenar brotes de dermatitis atópica.
Influencia de la humedad y la lluvia
Si bien la lluvia puede “lavar” el ambiente atrapando el polen, el exceso de humedad puede empeorar los síntomas alérgicos en niños de la siguiente forma: Promueve proliferación de algunos hongos quedando sus esporas en el aire. Ayuda al incremento de ácaros, ya que estos necesitan de ambientes húmedos para sobrevivir, también puede generar picazón en niños con dermatitis atópica.
Efecto del aire frío
La inhalación de aire frío puede irritar y secar la mucosa nasal generando congestión y aumento de mucosidad. A nivel de los bronquios puede existir broncoconstricción desencadenando tos y exacerbación de asma. También se puede secar más la piel en niños con dermatitis.
Agravamiento por la contaminación
La contaminación atmosférica, especialmente la derivada de la combustión del gasoil, agrava los síntomas de niños con rinitis alérgica o asma. Esto se debe a que irrita las vías respiratorias y potencia la acción alergénica del polen.
Factores ambientales adicionales
Además del clima, otros factores como la urbanización y los cambios en los estilos de vida también juegan un papel en el aumento de las alergias infantiles.
Aunque no existe una alergia específica “al clima” en términos médicos, las variaciones climáticas en especial, los cambios provocados por el calentamiento global, tienen un impacto significativo en la exposición a alérgenos como el polen. Esto puede aumentar la frecuencia y severidad de las alergias respiratorias en la población infantil.
Es fundamental que los padres estén atentos a los síntomas alérgicos en sus hijos, especialmente si se repiten o se desencadenan en ciertas épocas del año. Consultar con un especialista es clave para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuado.
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